EDWARD BACH a través de su escritura

Conocemos a Bach, el maestro, el médico, el canalizador, el sensitivo, … todas estas facetas del hombre, del ser humano han sido más o menos estudiadas y comentadas.

En esta ocasión nos centraremos en su escritura, que es lo nos expresa en su forma, su presión, la dirección de sus líneas, ya que en la escritura se reflejan los sentires más íntimos de la persona.

Cuando escribimos nuestra mano plasma sobre el papel nuestra forma de ser y de sentir, ya que no podemos disimular, dado que es el inconsciente el que dirige nuestra mano. La información se origina en el cerebro y la mano la plasma sobre el papel. La escritura es, por lo tanto, un aspecto esencial de la actividad de nuestro cerebro.

Esto se apoya en el hecho, de que todo acto que haga la persona será una manifestación inconsciente de su personalidad y carácter. Y como el acto de escribir, es un acto automático, se refleja libremente el inconsciente.

La Grafología se ocupa especialmente de la relación existente entre una escritura y su autor, como último reflejo de su carácter. Lo que capta y analiza el grafólogo son justamente estos matices, ese conjunto de particularidades que revelan una personalidad concreta.

Entraremos, con todo respeto, un poco más en su forma de ser y de sentir, “oiremos el latir de su alma”, puesto que la Grafología no deja de ser un Arte además de una Ciencia.

Arte, porque a través de los arabescos de un manuscrito descubre los equivalentes anímicos de la persona que los trazó, y Ciencia, porque estudiando esos arabescos investiga el alma de su autor.